A partir del Challenge que circuló durante el mes de enero en las redes sociales (#My10yearsChallenge), se me ocurrió escribir este post y versionar el desafío. En lugar de compartir una foto de diez años atrás y otra actual ( es en lo que consiste el Challenge) decidí contarles donde estaba hace diez años.
El 31 de enero de 2009 tomé el avión de vuelta hacia Argentina, tras pasar un mes intenso, cargado de emociones, vivencias, y experiencias en Inglaterra y Escocia que sin lugar a dudas me marcaron.
Cuando hice este viaje tenía 18 años, recién había terminado la secundaria y con un permiso firmado por mis papás donde me autorizaban a viajar; emprendí vuelo el 1 de enero, en el Aeropuerto de Ezeiza rumbo a Londres, con previa escala en Madrid.
Ese día ya empezó ajetreado, con algunos traspiés pero nada importante. Después de 12 horas, que son las que separan Buenos Aires de la capital española, tuve una demora de cinco horas.
Y fue durante la espera que conocí a Nadia, una mexicana y persona muy importante durante mi viaje (en otro momento les contaré porque), me contó que desde hace mucho tiempo vivía en Londres.
Aterrizamos en Heathrow, tomé la valija de la cinta transportadora, y busqué al transfer, que me trasladaría hasta la casa donde me iba a hospedar, pero no estaba. El hombre había ido a buscarme, pero se volvió porque yo no llegaba.
En ese momento, me vuelvo a encontrar con Nadia, esta vez estaba junto a su marido, quienes esperaron conmigo a que el transfer me viniera a buscar nuevamente.
Ya en el auto, el chófer me iba mostrando todas las atracciones de Londres por las que pasábamos y una imagen que se me viene a la mente ahora es la del estadio de Wembley, del cual sólo vi su figura en la penumbra de la noche.
Llegamos a destino, acá me pasó algo muy gracioso, pero en ese momento sentí vergüenza. Bajaba la valija del auto, y viene caminando hacia mí, Roy, -dueño de la casa-, y entre los nervios porque había llegado tarde y mis explicaciones del porque de la demora, acerco la cara para saludarlo y él se corre. Ahí dije para mí: ¡Claro en Inglaterra se da la mano!
Pasado ese momento, entramos y me mostró la casa, mi habitación, me explicó cómo iba a ser la estadía, y me presentó a los otros huéspedes que estaban ahí: Sasha, de Siria; un chino (no recuerdo el nombre) y Rocío, una argentina -en ese momento estaba de viaje por otra parte de Europa- que sería mi compañera de habitación.
A la mañana siguiente desayunamos y salimos para la escuela, en la esquina nos encontramos con otro grupo que al igual que nosotros iban para el colegio.Desde la estación de Mottingham partimos hacia Londres en tren, y desde ahí tomamos un colectivo hacia Greenwich.
En el colegio, conocí a nuestro profesor, Miles, era una persona muy agradable y amable; y a mis compañeros de todas partes del mundo, la mayoría era de Brasil, Chile, Venezuela, Austria,entre otros.
Luego de las tres horas y media de clase, empezaba lo más lindo de este y cualquier viaje: descubrir lugares desconocidos, conocer gente nueva, probar un plato de comida que nunca antes había comido.
Visité monumentos antiguos, museos (para aprovechar en Londres las entradas son gratuitas), el Big Ben y el parlamento, conocí las universidades de Oxford y Cambridge, colegios, castillos y las piedras de Stonehenge, viajé a Liverpool y a Edimburgo, Escocia.
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Instantes - Momentos |
En Londres se filmaron muchas películas, ¡y sí! yo todo lo relaciono con libros, películas, series, música e historia. Y sin lugar a dudas, visitar el barrio de las casas de colores, las artesanías y librerías (¿Ya sacaron el barrio?). Me llevó sin escalas a una de las películas más románticas que vi. Sí, es el barrio de Notting Hill, donde Julia Roberts y Huge Grant contaron la historia de amor entre Anna Scott y William Thacker en el film: "Un lugar llamado Notting Hill"
Del cine nos vamos a la música, y si hablamos de música en Inglaterra decimos Liverpool, el lugar que vio nacer a una de las bandas más importantes del mundo, sí, ese cuarteto de corte taza que se hicieron llamar "The Beatles" y que nos regalaron grandes canciones. Nos dijeron que todo lo que necesitamos es amor, nos hacen viajar en un submarino amarillo y recorrer campos de frutillas. Nos enseñaron a decir Hola y Adiós y a pedir ayuda. Le cantaron al amor, a la mujer diciéndole quiero agarrar tu mano y miles de cosas más.
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Lugar mágico |
Sin lugar a dudas, fue una de las ciudades más lindas que visité en este viaje, llena de gente joven, de vida y de hecho nos recibió con fuegos artificiales. Cuando llegamos estaba terminado un festival.
Si está la música, el cine y la historia no pueden faltar el teatro y la literatura. Conocer el teatro de William Shakespeare: "The Shakespeare Globe´s Theatre" , fue volar con la imaginación al siglo XVI y revivir sus grandes obras como Hamlet, Otelo, Romeo y Julieta, Sueño de una Noche de Verano y muchas otras. Fue cerrar los ojos y verme en esos cubículos con bancos de madera, techos bajos y con vestimenta de época disfrutando de alguna obra de este dramaturgo, nacido en Stratford- Upon-Avon.
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The Shakespeare Globe´s Theatre |
El teatro, que hoy está en Londres es una réplica, el original se incendió en 1613 durante una obra. Se construyó otro hasta que en 1644 fue demolido por encontrarse fuera de uso. Cuando el actor y director Sam Wanamaker hizo un viaje, en 1949 a la capital inglesa, tras ver que solo había una placa conmemorativa en homenaje a Shakeaspeare, en 1970, comenzó a reunir fondos para la reconstrucción del teatro. En 1997 la fiel reproducción se vio finalizada, que es la que observamos hoy.
Otras de las experiencias que me toco vivir en este viaje fue ser guía turística por un día, cuando llegaron Rafaela y Fernanda, dos chicas brasileñas, a la casa y juntas fuimos al centro de Londres a que ellas lo conocieran y visitamos varios de los museos entre ellos el de ciencias naturales, uno de los más famosos del mundo.
Edimburgo, una ciudad que conocí junto a Marcella y Talita. Recorrimos la ciudad, visitamos el Castillo de Edimburgo, hicimos la ruta del Whisky. Es el lugar, donde en el hotel que parábamos, nos trajeron para desayunar un plato con una salchicha, arvejas, salsa y no me acuerdo que más (aclaración había tostadas, manteca, mermelada, café y leche no es que no desayuné ), y acá voy hacer una confesión: no lo comí y le pregunté a un chico si lo querías. A las 8 de la mañana me iba a caer mal, no estaba acostumbrada.
La capital escocesa es muy linda, y a pesar de que no es mucha la distancia que la separa de la capital inglesa, 414.5 millas (667 kilometros), es muy diferente.
Me hubiera gustado poder recorrer más de Edimburgo, pero no tuve mucho tiempo. Pero volveré.
La capital escocesa es muy linda, y a pesar de que no es mucha la distancia que la separa de la capital inglesa, 414.5 millas (667 kilometros), es muy diferente.
Me hubiera gustado poder recorrer más de Edimburgo, pero no tuve mucho tiempo. Pero volveré.